El olvido

Los días pasan y uno se pierde en cosas sin sentido. Uno pensaría que me quedé con la persona del post anterior ya que llevo rato sin escribir, pero no fue así.

Pasaron muchas historias y la vida seguirá trayendo más. Veo que pasaron no solo días sino años y es verdad, la cotidianidad de la vida laboral hace que uno deje de hacer un montón de cosas.

Ahora estoy en el tiempo de valorar mi soledad, de sentirla, de quererla y de no tenerle miedo o resignación.

Un gran amor se fue el año pasado a su país. La extrañé mucho tiempo y traté de refugiarme en mis nuevas responsabilidades laborales. Al inicio funcionó pero luego te das cuenta que no funciona más y tienes que poner cartas en el asunto. Levantarte y seguir adelante, pensar que fue un amor lindo, buen amor, que lo viví y que nunca me arrepentiría de esa experiencia.

Me enamoré… sí. La amé… también. Dolió su partida… muchísimo. A veces uno piensa que puede enfrentar cualquier cosa. Un año y aun no la olvido por completo. Es extraño, ya no duele pero aun te vienen recuerdos que te dejan en la nebulosa.

Como se quitan estas cosas. Aun no lo se y no se si lo logre averiguar.

Esto no me da temor a enamorarme de nuevo porque me gustó lo que viví pero si me da miedo repetir errores y volver a lo mismo. Es tan difícil tener una relación con espacio y libertad o es que el espacio no existe en una pareja porque ya estamos para compartirlo todo y cuando te piden un tiempo te pones mal y piensas que algo no esta bien en la relación.

Tengo tanto que aprender de las relaciones. Cada una es un mundo. Cada quien con su locura y aceptar la locura del otro es lo que cuesta. Nos cuesta tanto sentir que la otra persona es libre y que necesita de su soledad. Nos cuesta tanto analizar las situaciones, es más fácil reaccionar sin pensar y luego ver que te equivocaste y que la persona también se equivocó ya que las relaciones y los errores no son de uno sino de la pareja.

Nos convencemos que somos culpables de todo. Nos echamos la culpa de todo lo que podamos cargar en nuestra espaldas pero no vemos que capaz fue algo de dos y no solo de una. Hay que dejar de cargar esos pesos innecesarios y soltar esas culpas.

Hay que librar y soltar. Respirar, gritar y seguir

 

Concurso de lentas

Esas fueron las palabras de la cumpleañera,Tania, al divisar que ni una chica ni yo, nos acercábamos a la mujer que nos gustaba. Bueno, la otra chica ya había hecho sus adelantos días anteriores, yo recién prendía motores.

La verdad la complicación está en mi cabeza. Las mujeres que realmente me gustan no tienen la suerte de escucharme hablar a mil porque el silencio me ronda. No saber que decirles. “me gustas», “te quiero conocer», “quieres bailar», palabras tan simples y sencillas pero que no pueden salir de mi boca.

La verdad Tania hizo todo el trabajo o parte de él. Nos presentó y dijo un beso por favor. La verdad solo le di un pico. Con eso era suficiente para que no me quiera hablar más. Además como que me fui corriendo.

Luego tomé valor y un sorbo de cerveza y Tania de nuevo se acercó y dijo, chicas conversen. Yo dije: cómo era tu nombre? Soy mala para los nombres.
Ella habló con su acento español: me llamo Xiana. Eso que me diste es un beso?

Me quería morir de la vergüenza pero ese era el momento de hacer algo de verdad. Al instante me lancé y la besé como debí hacerlo en un inicio.

La otra chica tenía una gran cara larga que me preocupó un poco pero luego dije que chu y seguí besando a Xiana.

Todo iba de maravilla y Tania se aproximó y dijo anda a dejarme pero primero a la otra chica y la idea era de quedar Xiana y yo juntas… Lo hermosos es que si sucedió. Pero antes de ir a conocernos íntimamente tenía que ir a dejar a la otra chica en casa.

Desde el retrovisor podía verla toda histérica. En verdad no me sentía una ganadora sino una afortunada de ser yo quien se iba a casa de Xiana.

Nos besábamos en el carro con muchas ganas y pasión y la plena, en ese momento me llegó una preocupación…  no había parqueadero y me preocupaba dejar el carro en la calle. Pero después de varios besos, caricias mil y escuchar sus palabras: vamos a entrar…ya nada importó. Dejé el carro afuera y entramos mi corazón yo.

Desde esa noche hasta el momento, mi corazón no volvió a salir de ahí.

Entender las relaciones

Volver a Ecuador no solo me hizo pensar en qué voy a hacer ahora sino que volví con una persona con la que llevaba una relación abierta (ella lo quiso así).

Antes de iniciar mi viaje me enredé en un pequeño romance con una amiga. Algo que pensé que no ocurriría ya que lo último que quería era estar con amigas. Ella me convenció que todo iba a estar bien y que no perderíamos nuestra amistad nunca.

La pasamos bien la verdad. Nos divertimos y nos entendimos mucho. Me gustó mucho y me ilusioné con ella. Se lo dije. Su respuesta fue que ella no se enamoraba de nadie y menos ahora que estaba en planes de hacer un proyecto fílmico que le comería todo su tiempo, además quería que yo aproveche a full mi viaje, conozca gente y la pase bien.

Al inicio no lo entendí pero en verdad ella tenía razón. Para que estar con ella si estaba viajando y conociendo mucha gente. Lo bueno fue que ella me dijo que podía contarle todo como a una amiga. Que le tenga esa confianza. Y así fue. Le contaba lo que iba aconteciendo de interesante en el viaje.

Todo iba de maravilla, hasta le conté que me enamoré en Brasil. Tuve sus consejos y compañía todo el tiempo.

Cuando le conté mi fin de año con la chica de Perú su enojo por mensajes fue grande y yo no me explicaba porque. Nunca le contaba detalles de las cosas pero esa ira que ella expresó me asustó un poco.

Le conté que volvía a Ecuador para sorprender a mis padres y ella quería ir a Quito para visitarme pero la verdad yo no quería. No porque no la quería ver, sino que nadie iba a saber que yo estaba aquí y quería estar con mi hermana esos días hasta ver a mis padres.

Ella se molestó de nuevo. Capaz y pensó que no la quería ver.

El estrés que ella manejaba esos días por proyectos que tenía, era tal que siempre terminábamos peleando. No había día en el que no peleemos. Le hacía bromas y no las tomaba como chiste.

Tratamos de dejar las cosas ahí y quedar como amigas pero teníamos una química sexual tal que eso nos ganaba y seguíamos en las mismas.

En verdad me gustaba mucho pero tanta pelea hacia que hasta mis ganas se apaguen.

Vino a visitarme y le conté que me besé con una chica en una disco y que la verdad no recordaba mucho el momento y menos con quien fue el beso. Por qué se lo dije se han de preguntar. Pienso que una relación abierta también se basa en la comunicación y no en la mentira. No pensé que la ira le iba a ganar y que cuando yo la invité a una disco gay su rostro iba a ser de desagrado total.

Intentar besarla en el lugar fue un gran error. Ella solo me empujó y me preguntó por un amigo y se fue donde estaba él. Me sentí mal porque queríamos que pasemos un lindo momento juntas pero ella no lo vio así. La noche terminó con lágrimas y con muchas preguntas y pocas respuestas.

Ella durmió en mi casa y en mi cama pero no quise hablar. Creo que nos fuimos lastimando poco a poco. Yo no me libro de culpa, se que muchas cosas no las pude manejar pero en verdad esa amistad no la quise perder.

Al despertar hablamos y hasta estuvimos juntas para que nuestro último día no sea de tristeza sino de alegría y de amor.  Esa mañana ella se tenía que ir por reunión laboral pero todo el tiempo me llamó para hacer algo. Ahí hubo un problema, una pareja de amigos habló conmigo para quedarse en mí casa por el concierto de metallica. Yo gustosa los recibí. A ella no le gustó eso porque hay historia ahí. Ella fue novia del esposo de mi amiga y por así decirlo mi amiga se lo quitó. Entonces ella no estaba feliz de que esa pareja este en mi casa. Todo se arruinó y todo se fue al caño y por mensajes. Nos dijimos cosas hirientes. Y hasta ahora no paramos de hacerlo. Lo más feo es que todo es por mensajes.

El volver

La familia, los amigos y amigas, los lugares que nos significan algo hacen que uno tenga ganas de volver.

El confort de tu casa, tu cuarto, tu carro, hace que pienses que volver no es tan malo.

Pero luego, cuando ya estás con la gente que quieres y en los lugares que tu consideras confortables, te das cuenta que no hacían falta como pensabas.

En mi caso, sigo usando la misma ropa de cuando viajé y tengo full ropa que la verdad ya no siento que necesito. Los lugares que sentía mios ya no los siento así.

Siento que necesito de las incomodidades y del saber que solo estaba viajando. No tenía idea del día o de la hora, apenas sabía del lugar en el que estaba y eso me hacía feliz. Los amigos que hice en el camino fueron parte de mi y de mis historias diarias.

Ahora mi mente está tan confundida de lo que quiero y de lo que quieren los demás de mi.

La felicidad la sentí afuera. Me sentía completa y llena de energía y de vida. Ahora la verdad es que no se que hacer. La realidad me chocó. Esas ganas de no parar y de seguir viajando se han apoderado de mi mente pero el hacer lo socialmente correcto también me lleva a una profunda confusión.

Que hacer y que no hacer. El quedarme y estabilizarme en un trabajo, el saber que día es hoy y hacer la rutina diaria, no se si es lo mío.

Las cosas simples de la vida me llenaron por completo. Dejé lo material atrás y me sentí bien. Aprender otro idioma también fue especial. Rodearme de todo tipo de personas fue algo mágico.

Ahora la magia se fue y la realidad llegó. Puede que haga de la realidad algo mágica. Puede que necesite un empujón para realizar algo especial.

No puedo quedarme estática pero aun no se las respuestas. Cada vez llegan más preguntas a mi cabeza pero todavía no puedo contestarlas.

Será un síndrome del viajero?

Regresando a Perú

Quedarme en Chile para las fiestas de navidad y fin de año no era una idea descabellada.
El problema es que siempre he pesando que navidad es familiar, como un momento para estar junto a la familia y compartir. Por ese motivo y porque mi tía no podía ir a Ecuador este año, decidí ir a Lima y pasar con ella.

Tarde como dos días en llegar allá porque nuestro bus se dañó, pero compartí con un montón de peruanos q trabajaban en Chile y que volvían para saludar a sus familias. Ellos me alimentaron y me cuidaron mientras viajábamos.

Fue un viaje largo pero lleno de alegrías porque compartimos historias, un pollo y hasta un cuarto porque estábamos cansados y no queríamos dormir en el terminal.

Todos trabajaban en Chile, pero sus hijos y esposas estaban en Perú. Unos no solo llegaban a Lima sino que viajaban hasta Piura y eso eran dos días más de viaje. Pero a ellos no les importaba con tal de llegar para las fiestas y pasar con sus familias.

Yo también llegué donde mi familia y como siempre el cariño y la comida no faltaron.

Hasta intercambio de regalo hicimos. Y lo bueno fue que mi tía estuvo feliz ya que tenía una parte de Ecuador en Perú.
Me alegró mucho pasar con la familia pero año nuevo si quería hacer alguna cosa diferente y la verdad que si la hice.
Estuve con unas amigas que son paraje y que me dijeron que no podía irme de Perú sin probar producto nacional. Me llevaron a una disco para ver si conocía a alguien.

Al principio no vi nadie que me agradara, así que mejor nos fuimos a pegar unos tragos para nosotras divertirnos.

Por ahí vi una flaca interesante que brindó conmigo, conversamos un rato y después me dijo que tenía que volver con su grupo de amigas así que me despedí y seguí conversando con mis amigas. Cada una cada una.

Después vi a una pequeña y simpática chica pero solo la quedé viendo y seguí bebiendo mi cerveza. De repente ella se me acerca y me saca a bailar, pero así toda imponente, que de ley no aceptaba un no por respuesta.

Bailamos un rato y medio de conté de mi porque de una me besó y así pasamos casi toda la fiesta. Después paramos y si empezamos a hablar. Me contó que la chica con quien yo hablé en un inicio es su ex. Y bueno, solo dije chuta.

Al rato su ex me saca a bailar y yo de una. Mientras estábamos bailando ella también me dice que con la que estoy ahora es su ex y le dije que ya sabia todo y la man ni perezosa me besa. En realidad me besó tres beses a escondidas de su ex.

La noche no terminó en pelea ni nada. Todo fluyó bien. A la final me quedé con Diana, la pequeña decidida que me sacó a bailar. Salimos a las 6 de la mañana de la disco y nos fuimos a desayunar. Conversamos full y la verdad éramos muy diferentes pero todo fluyó bien. Ella es administrativa y trabaja en una mina en Cajamarca. Y solo me dijo que yo le parecí muy interesante y con ese corte de cabello original.

Me preguntó que iba a hacer para año nuevo y le comenté que me habían invitado a acampar en una playa gay. Ella me dijo que también iba a ir con todo su grupo de amigas. A ver si nos encontrábamos por allá.

Me fue a dejar hasta la casa y ella igual estaba quedándose donde su hermana que vivía cerca de mi.

Nos despedimos y quedamos en vernos en la semana. Llegué a las 7 a la casa pero mis tíos tampoco habían llegado. Tuvieron su fiesta de aniversario de bodas, así que celebraron como se debía.

Una noche quedamos con Diana en vernos y salir a dar una vuelta. Nos fuimos por el malecón de Miraflores y nos quedamos en un parque conversando y comiendo tejas. Teníamos ganas de besarnos pero ella me dijo que no iba a ser bien visto por la gente. Yo le dije: no soy de acá y tengo derecho. Tuvimos que irnos al oscurito para el beso y un peque agarre.

Hablamos para irnos a una playa cercana por fin de año y así lo hicimos. Ella pagó el hotel y de verdad me daba vergüenza porque estoy acostumbrada a invitar pero no lo contrario.

Solo salíamos a comer porque ella tenia hambre. A mi me podían dar botellón de agua y me quedaba en el cuarto pero la niña tenía hambre. Igual disfruté la comida y aprendí mucho con ella. Éramos muy diferentes pero en la cama nos entendíamos demasiado bien.

Yo quería besarla en la playa pero me decía q no porque a la gente no le va a gustar. Y de verdad a mi que chu lo que piense la gente pero respetaba lo que ella me decía. Lástima las sociedades tan cerradas. No se podía ser libre allá.

El nuevo año comenzó y yo me fui con la familia a pasar 11 días en la playa. Diana volvió a su ciudad a trabajar pero me dijo que conocerme le hizo ver la vida de otra manera y que el trabajar y trabajar no lo es todo, hay más cosas en la vida. Hay que aprender a vivir la vida plenamente.

Cachai po, shile

17 horas de viaje desde Buenos Aires a Santiago. No fueron muchas pero todo lo que ocurrió después fue una fiesta que apenas puedo recordar.

Un viaje lindo. Hermoso día. Llegar al terminal fue cosa de 17 horas que pasaron volando. Cuando llegué llamé a mi amigo Jona, tatuador chileno que conocí en ilha grande, Brasil. Él me ofreció su casa para quedarme. Lo malo, que no me contestaba el celular.
Entré a un cyber y le mandé mensaje face. Y como por arte de magia me escribe el papá de mi mejor amiga de la universidad y me dice que va a llamar a su mejor amigo que vive en Santiago para que me vaya a ver.

Exactamente eso hizo. Lo llamó y luego yo lo llamé para explicarle donde estaba. En segundos nos encontramos y me llevó para su casa donde me presentó a toda la familia y me dio de comer. Me contó toda su historia de niñez y de amistad con el padre d mi amiga y me dijo amablemente que si no encontraba a mi amigo podía quedarme en su casa.
Yo acepté pero antes le pedí prestada una llamadita.

Jona me contesta y me explica que no hay buena señal en su trabajo pero que me esta esperando. Jorge, decide irme a dejar donde mi amigo y así me pasea un poco por la ciudad.

Llegamos donde Jona y justo él estaba terminando de hacer un tatuaje. Nos quedamos un rato conversando, dejé mis mochilas ahí y salimos a beber.

Conversamos en portunhol y me contó q lo deja todo y se va para Brasil. Tomamos litros y litros de cerveza.
Cachorrito, como le llamaban a uno de sus panas, tocó uno de los varios pianos coloridos que andan en varias calles de la ciudad.

Fue una noche llena de diversión. Y música y de eso recuerdo poco. Hasta habíamos dejado las puertas del local abiertas. No recuerdo mucho, solo que bebí full y que me levanté en una casa que no conocía y en un cuarto desordenado con ropa tirada por todo lado.

Era la casa de Jona y cachorrito. Ellos vivían juntos y la pasaban bomba. Jona temblaba por tanto licor que bebimos y aun así, se fue a trabajar.
Yo no podía ni pararme así que pasear por la ciudad no era algo que quería hacer ese momento.
Mi cabeza me explotaba y por eso me quedé en casa.

Era fin de semana y Jona tenía que trabajar y me dijo que no era justo que él no me pueda llevar a pasear. Así que le dijo a cachorrito que me lleve a un camping que se iba con una familia amiga.
Nos fuimos al camping frente a un lago y conocí a la hija de cachorrito. Tenía 14 años y era muy guapa. Hasta ya sabia que se iba a tatuar en toda su espalda.
La pareja amiga y sus hijos fueron muy amables conmigo. La pasé bomba con ellos. Hasta tuve conversaciones fuertes con su amiga ya que ella me preguntó si salía con chicas y yo le dije que si. Después me dijo que ella siempre tuvo la curiosidad de estar con una y que a veces pensaba que le gustaban las chicas por un caso de violación que sufrió cuando era niña. Al rato nos quedamos solas en la noche y hablamos mucho de ese tema y que no entendía porque me contaba eso tan delicado en su vida pero que me sentía full confianza.
Es duro lo que ella pasó y que no voy a mencionar acá pero el hombre con él que está ahora la quiere mucho y le hace reír bastante. Creo que la risa es algo muy importante que a veces la gente olvida.
El fin de semana se terminó y la pasé feliz en el campo y nadando en esa laguna helada.

Al siguiente día me fui a Valparaíso y Viña del Mar. Tomé un tour ya que tenia pereza de pasear a mi modo. Sin turistas.
Al inicio solo eramos en ese bus una pareja de chilenos y yo. Después el grupo de incrementó y ante mis ojos una brasilera formaba parte del bus. Ella estaba solita así que me armé de valor y comencé a hablar con ella.

Ella hablaba español un poco y yo le hablaba en mi portugués. Se llamaba Flavia y estaba de vacaciones. Luego de Chile se iba a Buenos Aires y después a Montevideo. Me senté a su lado y desde ahí no nos separamos en todo el viaje. Entre el grupo estaba Víctor, otro brasilero que también estaba solo así que lo incluimos en nuestro grupo.

Al volver a Santiago les dije si no querían salir a beber y ellos aceptaron. Los llevé donde Jonas y nos fuimos los 4 a beber y charlar. Yo estaba enamorada de Flavia. Es linda y cariñosa, creo que todas las brasileras son así. Por lo menos las que conocí son un amor.

Con Flavia quedamos en pasear al siguiente día por la ciudad. Yo estaba feliz.

Llegué a la catedral a la hora convenida y nunca la encontré. Le escribí en jn cyber que estaba preocupada por ella y que cualquier cosa me escriba. Mi ánimo de pasear se fue y tomé esos buses turísticos que te pasean por toda la ciudad. De todos los puntos turísticos, decidí solo bajarme en el funicular. En el bus conocí a unas mexicanas que también se iban a bajar allí. Decidí pegarme a ellas.

Al estar encima de la montaña. Iba a ver la vista cuando de repente vi a Flavia y corrí donde ella. Donde estabas le pregunté y ella me abrazó muy fuerte y me pidió disculpas, que se había quedado dormida y que pensaba que ya no me iba a ver.
El paseo turístico se arregló y nos paseamos por todo lado. La invité a comer y disfrutamos mucho de nuestra compañía.

Bebimos un mote con huesillo para sacarnos las ganas de probarlo y también un ceviche chileno. Sigo pensando que el ecuatoriano es el mejor.

Flavia se iba al siguiente día y no nos separamos para nada porque sabíamos que cada una iba a tomar caminos diferentes. Salimos con Jona a beber terremoto y Flavia quería irse muito cedo porque no había hecho sus maletas.

Yo no la dejaba ir. Bebimos un terremoto entre las dos pero luego pedimos otro y otro. En un momento éramos 10 personas en la mesa, hablando portugués y de lo lindo que es Brasil. Cantamos, nos tomamos fotos y ya al finalizar la noche, nos despedimos con Flavia. Era como si nos conocíamos hace tiempos. Me dio mucha pena verla partir y con Jona decidimos pegarnos otro terremoto. No pudimos terminar la jarra pero hablamos mucho. Él me contó de sus hermanas. La una era lesbiana y la otra fumaba full marihuana.

Me dijo que en Chile había cambiado mucho la sociedad con respecto a los grupos LGBT. Que la gente respetaba y dejaba que ellos vivan su vida. Que se había hecho una sociedad más justa y libre. Que faltaba mucho para que todo el mundo acepte pero que ya había un cambio que él lo podía percibir.

Llegamos borrachos a su casa y me quería dar algo para que me lleve de regalo ya que hicimos una buena amistad. Y así fue. Me dio un cuarzo muy lindo y nos abrazamos fuerte porque no sabemos cuando la vida nos volverá a juntar. 

Activismo diario en Buenos Aires

Martes, día frío y lluvioso, oleaje salvaje y gente mareada a mi alrededor. Así fue mi viaje para Buenos Aires. El cruce de Colonia para Bs As fue de lo más movido. Llegué confiada en que iba a conseguir hablar con mi amiga y llegar a su casa. Eso no pasó. Los teléfonos estaban malos y no conseguía comunicarme ni tampoco un internet.
Busqué decidida un taxista y le dije q me lleve a un hostel por el centro y me dijo que por plaza de mayo había uno bonito. Mientras él manejaba me iba diciendo poesía. Me recitó 3 poemas de su autoría y la verdad me parecieron muy auténticos. A él le llamaban duende y era amigo de unos cantantes de Ecuador, los nombres no recuerdo.

Llegué al hostel y todo estaba a full, le comenté al duende lo de mi amiga y me prestó su celular para llamarla. Ella contestó y me indicó su dirección. Llegué y le agradecí mucho a mi poeta taxista del que soy amigo de facebook.

Lili, mi amiga, tenia que irse a trabajar pero esperó a mi llegada para darme la bienvenida. Un abrazo caluroso y una sonrisa hermosa me alegraron más mi llegada. Su departamento una belleza y ella tenía listo un cuarto para mi y varias actividades para que la acompañe.

Todo era sobre activismo ya que ella es una luchadora por los derechos LGBTI y los derechos de las mujeres. Amé todo lo que conversé con ella sobre todos los avances en la sociedad argentina sobre el tema LGBTI.

Matrimonio aprobado, adopción igual, cambio de DNI cuando cambias de género, despenalización del aborto y mas temas que los consiguieron a pulso.

Días y días en las calles persiguiendo el mismo ideal. Miles de personas con carteles frente al congreso pidiendo cambios a las leyes. Perseguir a los congresistas para que conozcan de los diversos temas y así sepa que es lo que se busca. En fin, una lucha a pulso que ha obtenido sus frutos.

Es increíble como las personas pueden ser libres y actuar con tranquilidad sabiendo que son aceptados. Y como lo dijo mi amiga: caro, yo se que no voy a estar viva para ver los cambios en la sociedad pero estoy segura que mis nietas van a ser bisexuales y eso va a ser lo más normal del mundo. Ya todo será normal y las personas estarán felices.

Después de una semana llena de aprendizaje me fui para donde otra amiga que maneja la parte cultural muy bien. Ni nos conocíamos en persona pero conectamos de una. Tan alegre la Romi y con muchos temas de conversación. Además disfruté mucho observando el graffiti que hacían en el open muros Bs As. Una experiencia muy enriquecedora con gente muy bacan.

En casa de Romi pasábamos tomando mate, comiendo con Eros y bebiendo vino. Pasamos una semana muy divertidos y disfrutando del buen comer, beber y las buenas conversaciones.

Romi si conoce Ecuador porque siempre la contrataban para dar charlas sobre el tema cultural. Le dijo a Eros que tiene que ir a Ecuador porque es un país que vale la pena conocer.

Es bueno saber que gente de afuera le gusta mi país que, en ese viaje, me he confirmado que tiene todo y no tiene nada que pedirle a otro país.

Entrevisté a mucha gente en Argentina y lo que todas tienen en común es que hay que unirse para conseguir lo que uno quiere. Hay que luchar incansablemente para que nuestros derechos se cumplan y educando desde la niñez haremos de este mundo un buen lugar para vivir. 

En el activismo está la lucha y hay que pelear sin miedos porque siempre habrá gente en contra. Pero unidos seremos más fuertes. Argentina es un buen ejemplo y es un país en el que vale la pena vivir.

Valorar el hecho de no hacer nada

Dejar Brasil me costó con todo el alma pero había que seguir el camino.
Punta del Este fue la primera ciudad uruguaya que conocí.
La lluvia y el viento fueron quienes me dieron la bienvenida.
Yo quería playa y sol y tuve todo lo contrario.

Llegar en la madrugada fue algo inesperado y pensar dormir en la terminal era algo imposible ( todo era al aire libre). Un ángel de la noche salió de la nada y me comentó que había un hostel donde me iban a abrir las puertas y dejarme dormir.

Me quedé varios días de lluvia pero lleno de conversaciones interesantes con Braulio, un pintor de 50 años de Belo Horizonte que estaba viajando solo y que su enamorado vivía en Ecuador.

Noches de empanadas y vinos eran nuestras noches. Historias idénticas, historias de no aceptación y de luchas. Miradas llenas de nostalgia. En pocos días hicimos una gran amistad.

La lluvia me espantó de la playa y Montevideo era mi mejor opción. Y en verdad que lo fue. Hizo sol todos los días y los padres de mi amigo Sebas me trataron como parte de la familia. Ellos pensaban que me estaba aburriendo por estar con dos viejos pero la verdad que no me aburrí ni un instante.

Uno aprende de cada persona y ellos tenían cada historia que me encantaba escuchar.

Irene tocó un pasillo en el piano antes de irme y eso fue un regalo.

Viajé a Colonia y me encontré con Braulio y seguimos con nuestras charlas y disfrutando de NO HACER NADA. Él me decía: la gente ya no se relaja, no valora el hecho de no hacer nada.

A no hacer nada pero a la final se hace mucho.

Conocimos a una linda chica de Bélgica con solo 18 años y estaba mochileando, o esa era su intención y le dijimos que todo le va a salir muy bien porque ella era una persona muy cool y que para su edad era madura. Tenía como un ángel la verdad.

Ella se juntó a nosotros pero no continuaba su viaje hasta que llegue otra amiga de ella.

Nosotros seguimos viajando. Cada uno por separado pero el camino de Braulio y el mio se cruzaron en Argentina también. El ex novio de él era argentino así que ya conocía la ciudad y me la mostró.

El se marchó a su país. No nos pudimos despedir pero la amistad está hecha.

En el camino se encuentra gente que por una u otra manera no se olvidan jamás.

Los miedos viajeros

Bueno, los miedos en el viaje y más, cuando una va sola, son varios. Los típicos son los robos pero en mi caso, mis temores son otros.

Mi miedo más grande es a las puertas de los baños de los buses. Tengo terror a esas puertas que no sabes si están abiertas, si están ocupadas o si están trabadas con alguien dentro. Sin querer uno abre y se encuentra con la cara desagradable de alguna persona que te mira con odio, o te dice pero si estaba cerrado y la verdad no lo estaba. La puerta pudo estar cerrada pero la traba no lo estaba. Perdón no quise abrir o ups la verdadera cagada.

Creo q los baños son mi mayor temor. En Santa Cruz de la Sierra me quedé atrapada en el baño del hostel, no había nadie para abrirme y tuve q subir pared para salir por la ducha. La puerta era sencilla de abrir y cerrar pero yo me compliqué y nunca la pude abrir.

Otro temor que se incrementó era el de que el bus se olvide de ti mientras uno esta comiendo o en el baño. En una frontera fui al baño (a un monte cubierto por árboles) y el bus ya se iba sin mi. Pensé que había mucha gente como yo pero nada que ver. Fui la única en buscar baño. Casi me dejan.

En la vida había compartido habitación o baño en los hoteles y esta vez compartí los dos. Mis temores:
1. Imaginar si mi compañera/o puede ser chora/o y estar loca/o y tratar de matarme en la noche.
2. Que el baño este en el cuarto y me venga una diarrea tenaz, que vergüenza el sonido y los olores para el resto de compañeras/as.
3. Que no me lleve bien con las personas con las que comparto el cuarto.
4. Que el baño esté muy lejos.
5. Que no haya agua caliente.
6. Que no me abran la puerta en la madrugada después de llegar de una fiesta.
7. Hacer ruido y que alguien te putee porque no le dejas dormir.
8. Si comparto con un hombre morboso, lo mato en la noche.
9. Que nos descubran haciendo caipirinhas en el cuarto (cuando es prohibido hacerlo en algunos hostel) y nos saquen.

Esos miedos se fueron por completo. Estar en hostel ha sido la mejor experiencia de este viaje. La gente con la que compartí ahora son parte de mí historia y todavía lo sigue siendo ya que el viaje aun no termina.

De la mano

Bastó una noche para saber que iba a quedarme más tiempo en São Paulo. El no querer irme, el no querer dejarte.

Teníamos que encontrarnos pero ninguna se conocía. Alguien me miró mientras caminaba perdida en ese lugar y me sonrió. No sabía que eras tú. Yo solo devolví el gesto con otra sonrisa. Pensé en ese momento que eras muy linda y luego solo dijiste: “você es Caro» y yo respondí con mucha alegría que sim.

Sentí un clic apenas vi tu sonrisa. La verdad no pude ver nada más a mi alrededor, por eso creo que nunca encontré a mi amiga, que era a quien las dos buscábamos.

Esperamos a ella una media hora. Mientras tanto hablamos mucho. Yo con mi portugués trucho y tu sin nada de español pero logramos siempre entendernos.

Esperar a Joyce para mi ya no era prioridad y se que para ti tampoco. Luego ella llamó y nos juntamos las tres para falar un poco.

Hablamos mucho y el tiempo era corto. Tu metro salía ya y era el ultimó. Yo no quería despedirme ni quería que te vayas. Pero tenías que llegar a casa para hacer trabajos de universidad.
Un beso tímido con la mitad de nuestros labios fue nuestra despedida pero yo sabía que quería estar contigo. Eu quería ficar junto a vc.

El siguiente te busqué por facebook y te agregué al whatsapp. Gracias tecnologías.
Solo quería invitarte a salir pero no sabía como hacerlo. A veces soy lenta en eso. Pero Naty, como mi conciencia, estuvo a mi lado dándome fuerzas para escribirte y decirte que me interesaba conocerte más.

Tú tenías que estudiar pero también quisiste verme así que pactamos en un lugar que se convertiría en nuestro lugar de encuentro diario.

A ser sincera sentía mucho terror. Estaba muy nerviosa. Pero vi un lugar y entramos allí. Nos entendimos muy bien. Mi portuñol sirvió de algo. Escuchaba todo lo que me decías pero siempre me perdía en tu sonrisa. No quería que se acabara la cita.

Quería besarte en el bar pero no lo hice. Cobarde, me decía pero en mi cabeza solo pensaba en que tenía que besarte.

Salimos del bar y te acompañé al lugar donde tenías que tomar el bus y fue ahí, al despedirnos, en medio de la lluvia, donde nos besamos con mucha pasión. Un hombre se acercó a pedirnos monedas y recuerdo tan claramente que dijiste no tenemos monedas, aquí solo hay amor. Nos besamos mucho, difícil dejarte partir.

Pero fue ahí donde comenzó todo. Mis días fueron muy felices contigo.

Caminar por la calle cogida de tu mano fue una bendición total. Ir en metro, bus o taxi era algo mágico si estaba contigo. Estar en tu casa, hacer el desayuno para ti y madrugar para acompañarte a tu trabajo diario, 7 días a la semana fue un regalo. Cosas de la cotidianidad que contigo se volvieron hermosas.
Ver tu sonrisa cada mañana me alegraba el corazón y en especial levantarme abrazada a ti.
Me decías criança y yo feliz. Yo te decía peleona malcriada y tu feliz.
Disfruté cada instante y el concierto de Lana del Rey fue algo único contigo a mi lado.

Todo São Paulo fue nuestro y tu fuiste mi corazón. Partir no fue fácil para mi. Pero tenía que continuar mi viaje… el que tú sabes donde termina y donde puede seguir si tú lo quieres.