De la mano

Bastó una noche para saber que iba a quedarme más tiempo en São Paulo. El no querer irme, el no querer dejarte.

Teníamos que encontrarnos pero ninguna se conocía. Alguien me miró mientras caminaba perdida en ese lugar y me sonrió. No sabía que eras tú. Yo solo devolví el gesto con otra sonrisa. Pensé en ese momento que eras muy linda y luego solo dijiste: “você es Caro» y yo respondí con mucha alegría que sim.

Sentí un clic apenas vi tu sonrisa. La verdad no pude ver nada más a mi alrededor, por eso creo que nunca encontré a mi amiga, que era a quien las dos buscábamos.

Esperamos a ella una media hora. Mientras tanto hablamos mucho. Yo con mi portugués trucho y tu sin nada de español pero logramos siempre entendernos.

Esperar a Joyce para mi ya no era prioridad y se que para ti tampoco. Luego ella llamó y nos juntamos las tres para falar un poco.

Hablamos mucho y el tiempo era corto. Tu metro salía ya y era el ultimó. Yo no quería despedirme ni quería que te vayas. Pero tenías que llegar a casa para hacer trabajos de universidad.
Un beso tímido con la mitad de nuestros labios fue nuestra despedida pero yo sabía que quería estar contigo. Eu quería ficar junto a vc.

El siguiente te busqué por facebook y te agregué al whatsapp. Gracias tecnologías.
Solo quería invitarte a salir pero no sabía como hacerlo. A veces soy lenta en eso. Pero Naty, como mi conciencia, estuvo a mi lado dándome fuerzas para escribirte y decirte que me interesaba conocerte más.

Tú tenías que estudiar pero también quisiste verme así que pactamos en un lugar que se convertiría en nuestro lugar de encuentro diario.

A ser sincera sentía mucho terror. Estaba muy nerviosa. Pero vi un lugar y entramos allí. Nos entendimos muy bien. Mi portuñol sirvió de algo. Escuchaba todo lo que me decías pero siempre me perdía en tu sonrisa. No quería que se acabara la cita.

Quería besarte en el bar pero no lo hice. Cobarde, me decía pero en mi cabeza solo pensaba en que tenía que besarte.

Salimos del bar y te acompañé al lugar donde tenías que tomar el bus y fue ahí, al despedirnos, en medio de la lluvia, donde nos besamos con mucha pasión. Un hombre se acercó a pedirnos monedas y recuerdo tan claramente que dijiste no tenemos monedas, aquí solo hay amor. Nos besamos mucho, difícil dejarte partir.

Pero fue ahí donde comenzó todo. Mis días fueron muy felices contigo.

Caminar por la calle cogida de tu mano fue una bendición total. Ir en metro, bus o taxi era algo mágico si estaba contigo. Estar en tu casa, hacer el desayuno para ti y madrugar para acompañarte a tu trabajo diario, 7 días a la semana fue un regalo. Cosas de la cotidianidad que contigo se volvieron hermosas.
Ver tu sonrisa cada mañana me alegraba el corazón y en especial levantarme abrazada a ti.
Me decías criança y yo feliz. Yo te decía peleona malcriada y tu feliz.
Disfruté cada instante y el concierto de Lana del Rey fue algo único contigo a mi lado.

Todo São Paulo fue nuestro y tu fuiste mi corazón. Partir no fue fácil para mi. Pero tenía que continuar mi viaje… el que tú sabes donde termina y donde puede seguir si tú lo quieres.