Salir de la isla me costó tanto que llegar a Río de Janeiro no me resultó la gran cosa.
Un carro me llevó hasta central hostel en Santa Teresa. Al observar lo que subía el carro me sentí en el Cerro del Carmen y en mi mente solo pensaba: todo esto voy a caminar todos los días, que huevada.
A la final todos los días era una aventura diferente al subir la escalera seladon. Me encontraba con gente de todos los lados y hasta con garotas. Gran sorpresa la verdad.
Yo sabía que en río vivía una chica que me hizo vibrar en Ecuador pero que a la final se fue. Hice muchas expectativas con ella, pero no se confundan, no eran expectativas sexuales o de enamoramiento, era solo pura amistad.
Sabía que vivía con su novia, de Ecuador y pensé que ella me podría presentar y hacer una amistad para pasear por Río y hacer fiesta. A la final me equivoqué. Me llevé una decepción y por eso no hay que hacer expectativas con nadie.
A la final Bere me fue a ver a mi hostel, salimos a curtir las playas por la noche y a beber unas cervezas. Ella no mencionaba a su novia en todas las horas de conversación, hasta que al final yo le pregunté si ella trabajaba en la ciudad. De ahí no me la nombró más.
Una noche salimos a la fiesta de Lapa. Bebimos caipirinha en la rua. Caminamos full y vivimos toda la movida de la noche en esa famosa calle. Todo iba bien hasta que ella me besó. Después del beso ella me dijo que no podía besar en la rua porque todos la conocen con su novia y que ella era celosa.
A partir de esa noche, ella se alejó o eso sentí yo. A la final pensaba que hice algo malo y le escribí y lo que me supo responder es que su novia es muy celosa de mi por eso no me la presentaba y como ellas se iban a Rosario la semana que venía, pues no tenía tiempo para nada. Yo solo quería pasar más tiempo paseando con ella y sus amigos que fueron muy buenas gentes conmigo.
A partir de ese momento enfermé como psicológicamente y decidí que me quería ir de allá.
Sentí que conocí todo lo que necesitaba conocer de Río y que tenía que irme. Con la enfermedad me sentía fatal así que hablé con mi amiga Naty para preguntar si podía volver antes del festival a São Paulo y ella dijo que si. Que estaba en Santos con su familia y que me esperaba allá.
Y así fue. Viajé a santos y conocí al padrino de Naty que me hizo probar 7 tipos diferentes de wisky. Fue muy loco porque aguanté hasta el final pero luego ya en la calle morí.
Volver a São Paulo me sentó de maravilla y más cuando al siguiente día conocí a una mujer que me alegró mucho la existencia.