Pensaba ir de São Paulo de una Río de Janeiro pero gracias a los acertados consejos de Naty me fui a visitar otros lugares.
Paraty un lugar maravilloso, calles de piedra pero de una piedra que parece que antes un río pasaba por ahí. Así que o conversas o caminas, no puedes hacer las dos cosas a la vez.
Una ciudad con mucha música y argentinos a montones.
Fui al hostel Misti, los cuartos eran pequeños y camas de tres pisos. Pero la gente que trabajaba allí era muy amable. Nunca habían visto a una ecuatoriana viajando sola así que me ayudaban en todo lo que necesitaba.
Las personas que conocí allí eran de calidad. Carliha, una brasilera a todo dar, que moría por todo hombre guapo que veía. Creo que quiere vivir en argentina ya que le encantaron los hombres de allí.
Pasé toda una semana con ella aprendiendo del vegetarianismo y de los signos del zodiaco. Ella me cocinaba, yo solo lavaba.
La lluvia era algo de todos los días. Pensé que no iba a ver el sol en esta ciudad tan bella pero si ocurrió. Un día el sol salió y tuve la brillante idea de cruzar de una isla a otra en kallaking. Carliha solo me quería matar porque el viento iba en contra. A la final yo la esperaba todo el tiempo. Lo que avanzaba lo perdía por esperarla. La experiencia fue de lo mejor para mi pero no tanto para ella y el dolor de su espalda.
Una semana no fue suficiente en este hermosos lugar. Volver es la palabra que usaré y que prometo seguir al pie de la letra.
porlasombradeamerica 